El desconocido

Hoy os voy a contar una cosa que no me atrevo a hablar con mis amigas, ni mi hermana ni mucho menos mi novio. Últimamente tengo una fantasía sexual, todo comenzó con un sueño. En mi sueño yo estaba en la calle, o no sé muy bien dónde, porque esas cosas son confusas y variables en los sueños. El hecho es que por detrás noto que alguien me besa el cuello. Me asusto y voy a darme la vuelta, pero una voz me dice que no lo haga, pero que esté tranquila, que no pasa nada. Me doy cuenta que el desconocido, que ahora acaricia mis pechos por encima de la camiseta, no quiere hacerme daño y el hecho de no ver su cara me excita de sobremanera, porque podría ser cualquiera, bueno, cualquiera menos mi novio que sería incapaz de algo así. En mi sueño yo llevo falda y el acaricia mis muslos hasta que yo misma me encuentro deseando que me penetre. En ningún momento me giro ni le veo la cara, pero tenemos sexo ahí mismo, de pie, yo de espaldas con las manos contra la pared. Me desperté del sueño sudando y húmeda, me acaricié buscando el único tipo de orgasmo que conozco desde hace más de cuatro años, el de la masturbación. Por supuesto en la vida real sería incapaz de algo así, es solo un sueño. Y después me di cuenta que en el fondo no me gustaría, porque después de hacer el amor me gusta que haya mimos y besos y no querría quedarme sola en una calle. Pero como fantasía, funciona.

              

  Esta foto no es de mí, es para ilustrar el post

Etiquetas: personal, reflexiones, sentimientos, sexo, Vida